Según con quien hablemos para orientarnos en cómo invertir nuestros ahorros, nos dirigirá a un instrumento u otro.

Y es que podemos hablar con el banco, con un asesor financiero, con una sociedad de valores, con un mediador de seguros… Y será muy posible que cada uno haga hincapié en un instrumento diferente: depósitos, libretas de ahorro, acciones, fondos de inversión, planes de pensiones, seguros de ahorro, Unit linked, SIALP, PIAS, Seguros PPA…

¿Cuál elegir? ¿Cómo saber cuál es el instrumento de ahorro idóneo?

Tantos productos, denominaciones, acrónimos y terminología que nos confunde… ¿Cómo identificar el mejor producto? Aunque las motivaciones pueden ser muy dispares, lo cierto es que algunos criterios no deberíamos olvidar nunca:

Diversificar. Sea mucho o poco lo que podamos invertir, es recomendable no ponerlo todo en el mismo instrumento.

Liquidez. Elegir los plazos relacionados con nuestros objetivos y revisar que la liquidez del instrumento no suponga un alto riesgo de pérdida del valor consolidado.

Rentabilidad. Asumir con control un cierto nivel de riesgo, dado el momento actual de la economía de bajos intereses, buscar un equilibrio entre rentabilidad con mayor expectativa y riesgo, sin perder de vista la seguridad.

Fiscalidad. Si adicionalmente con nuestro ahorro podemos obtener una buena fiscalidad, que implique o menos tributación o incluso algún beneficio en el IRPF ¿Por qué no aprovecharlo?

Y pensando en que la mayor parte de nosotros, por no decir todos, necesitaremos:

  • Cuando nos jubilemos: Una renta vitalicia que complemente nuestra pensión de jubilación, dado que a veces será insuficiente por no decir escasa, y así poder mejorar el nivel de vida.
  • También cuando nos jubilemos: Un capital adicional, que nos permita cumplir con algún sueño especial, como un buen viaje o un coche último modelo…
  • Y antes de jubilarnos: En cualquier momento tener disponibilidad para atender necesidades especiales o imprevistos.

Y así, en base a todo esto, y sin desmerecer a los demás sistemas de inversión existen 3 opciones que aparentemente parecen mejores que el resto:

Plan individual de ahorro sistemático PIAS

Debes mantenerlo al menos 5 años, y el capital acumulado al transformarlo en renta vitalicia no tributa nada al vencimiento, y además la renta que percibes solo tributa un % de la misma, el 20% con más de 65 años pero si es a partir de los 70 años solo el 8%. Y puedes destinar hasta 8.000€ anuales con el límite máximo de 240.000€ en todos los años que lo mantengas.

Si necesitases antes el dinero puedes liquidarlo en cualquier momento aunque podrías perder las ventajas fiscales si no cumples con los requisitos de plazo y transformar en renta pero tienes liquidez.

Plan de Pensiones individual

Pensando en la jubilación para constituir un capital o renta sin necesidad de que sea vitalicia, y las ventajas fiscales son: que te permite reducir en el IRPF todo lo que aportas, hasta un máximo de 8.000€ anuales o el 30% de tus rendimientos netos del trabajo si esto resulta inferior. Y esta deducción de la base imponible permite que te ahorres el tipo marginal que según tus ingresos puede llegar al 40%.

Si el plan de pensiones lo elijes con una parte de inversión en renta variable prudente pero acorde a tu perfil inversor, aunque no tengas garantizada rentabilidad alguna, puedes tener una mayor expectativa de rentabilidad y si con el tiempo no se comportase como te gustaría, puedes movilizarlo sin ninguna penalización a otro plan más conservador en la inversión.

Seguro sistemático de ahorro e inversión

Para disponer de tu dinero en cualquier momento. Puedes elegir el vencimiento, para acomodarlo a tus objetivos más a corto y medio plazo, sin necesidad de vincularlo a la jubilación, y ganas en seguridad porque a través del seguro tienes un interés mínimo garantizado, y aunque la expectativa de rentabilidad adicional es inferior, no asumes ningún riesgo a través de la garantía del seguro. La fiscalidad, sin grandes ventajas, como los productos anteriores, pero tiene una tributación como cualquier instrumento financiero, solo por el rendimiento generado (capital a percibir menos primas aportadas) y tributa como rendimientos de capital mobiliario no por rendimientos del trabajo.

Tiene liquidez total, sin penalizaciones, y para diversificar es sin duda un buen instrumento  tradicional.

Combinar los instrumentos es totalmente recomendable pero no hay una fórmula magistral, lo importante es siempre asesorarse con expertos profesionales que te ofrezcan alternativas y que entiendas lo que en cada caso puedes aspirar. Que puedas elegir con conocimiento y convicción.